Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y S. Alfonso (Parroquia de Tapes)

C/ Tapes 966 esq. Jujuy y S. Juan. C.P. 11800. Barrio Bella Vista. Arquidiócesis de Montevideo - Uruguay. Tel. 20235025. Por consultas escribir al correo: comunidadtapes@gmail.com
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domingo, 18 de diciembre de 2011

Agradecimiento

A LOS COLABORADORES DEL FONDO COMUN PARROQUIAL
Muy queridas Hermanas y Hermanos en el Señor:
Con mucho gusto nos comunicamos en este Adviento, tiempo espiritual de preparación a la Fiesta de la Navidad que es la celebración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Este acontecimiento de gracia que anima a toda nuestra Iglesia Católica es ocasión propicia para dar gracias a Dios por todo lo que a lo largo de este año 2011 se pudo realizar con el aporte generoso y perseverante de cada uno de Ustedes y de sus familias.
Al finalizar este año, el tercero de mi ministerio sacerdotal como párroco de nuevo al servicio de esta amada Parroquia quiero agradecer junto al seminarista Agustín, a cada uno de Ustedes a través de esta carta, por haber hecho posible que nuestra Parroquia cumpliera también durante este año bastante complicado por los robos, con sus compromisos de super gas (espacios comunitarios), Ute, Ose, Antel, BPS, Seguro del personal, Impuestos Municipales y de la necesaria colaboración con los compromisos de la Liturgia, Catequesis y solidaridad.
También este año 2011 hemos podido, gracias a la colaboración de todos realizar unas mejoras como:
1) Seguir la recuperación y acondicionamiento del jardín del fondo
2) tantos otros trabajos electricos, sanitarios realizados en el templo y en los espacios comunitarios, con la instalación de llaves térmicas y una doble alimentación eléctrica del órgano.
3) Acondicionar el espacio reservado para las urnas con las cenizas de familiares difuntos de algunos integrantes de la comunidad.
4) independizar los contadores de la luz de la Parroquia separándolos de la Policlínica de la Intendencia y ubicándolos exteriormente en la calle San Juan.
Todos estos trabajos fueron posibles gracias a la colaboración de todos Ustedes, amigos de la Parroquia, que han respondido a los llamados de cooperación que, desde los distintos grupos de la Parroquia, es decir que la integran, y los grupos que operan en la Parroquia (ej. grupos de autoayuda, etc.) han transmitido y motivado llegando a un numero más grande de amigos con motivo del día del patrimonio en octubre, y sobre todo, de Ustedes cooperadores del fondo común parroquial.
A lo largo del presente año hemos tenido acontecimientos que han marcado la marcha de nuestra comunidad:
- el cierre en marzo de nuestra Academia Parroquial Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que tanta entrega de tiempo y talento por parte de muchos voluntarios profesores y coordinadores había motivado a lo largo de décadas en el servicio de la Parroquia y del barrio.
- la necesaria como dolorosa suspensión en marzo de las actividades regulares de la Pastoral Social de la Parroquia por la imposibilidad de contar con un coordinador responsable del equipo además numericamente muy reducido.
- el destino pastoral del querido Padre Raul Diaz de vicario parroquial de nuestra Cominidad a Cura Párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen (Puntas de Manga) elpasado mes de julio.
Quiero invitar, mediante una carta, a perseverar en esta obra de cooperación económica tan necesaria para la marcha de nuestra Parroquia.
¡Gracias a cafda uno de Ustedes!
Recordamos y agreadecemos todo el trabajo de las personas que de distinta manera han colaborado a lo largo de este año con su tiempo y su talento tan generosamente en las tareas parroquiales, en especial a la incondicional voluntaria Sra. Graciela Ricard, que coordina el equipo económico de la Parroquia.
Agradecemos a su vez a la Sra. Mirta Salseda que, con constante responsabilidad, ha asegurado la recaudación de tan necesaria contribución y a la Sra. Marta Pereira secretaria Parroquial.
En esta proximidad a la Navidad y al nuevo año 2012 año de la Familia hago llegar el augurio y saludo fraterno a cada uno de Ustedes por la generosa solidaridad con que apoyaron a nuestra Comunidad mediante el Fondo Comun Parroquial y el testimonio que nos regalaron de cariño y devoción a nuestra Santísima Madre la Virgen del Perpetuo Socorro.
Que el Niño - Dios que viene a salvarnos desde la sagrada Familia de Nazaret, los bendiga abundantemente a Ustedes y a  sus queridas familias, y con su Amor y Paz reanime nuestro Amor a Dios y a todos sus hijos y que nuestra Madre y Patrona la Virgen del Perpetuo Socorro vele sobre nuestros hogares y nuestro Barrio, para que podamos disfrutar de una muy Feliz Navidad y un mejor 2012 para todos.
                                          Padre Antonio Bonzani

domingo, 11 de diciembre de 2011

Retiro de Adviento

Ayer sábado realizamos un retiro en preparación a la venida del Niño Dios. Participaron 18 personas de los diferentes grupos y servicios de nuestra Comunidad. Reafirmamos de esta manera, por la oración, la unidad de nuestra Comunidad parroquial, quedando de manifiesto los objetivos que nos unen. Agradecemos a Agustín por orientar nuestro encuentro.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Con María y con José esperamos al Niño





Cuando decimos que adviento significa espera, todos entendemos que estamos hablando de una espera activa. Una espera que nos pone en movimiento desde lo mas profundo de nuestra existencia. El Esperado es quien dijo de sí mismo: "Yo soy... la Vida". Es así que nuestra vida se inquieta positivamente en la espera del que da sentido a nuestro vivir. Las Sagradas Escrituras tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento nos presentan una lista interesante de modelos de espera. Ejemplos que nos sacuden y estimulan a despertarnos de un cristianismo soñoliento. Ellos lo esperaron, lo anunciaron y se prepararon para recibirlo. Son tan variadas como riquísimas las actitudes que podemos contemplar en estos grandes modelos de esperanza, pero vamos a limitarnos a dos de ellos: Santa María y San José. En María y José contemplamos la ternura de la espera. Ternura que está relacionada al don de la paternidad confiada a ellos por parte de Dios Padre. La ternura de María y José se hizo contemplación del misterio en la noche de Navidad. Ambos estaban sensibilizados por la espera. Podemos imaginar los sentimientos que albergaban sus corazones en el camino hacia Belén. No habría en ellos otra preocupación ni interés que el hacerle espacio, buscarle un sitio. Ya ambos en la Anunciación dieron el sí de la aceptación a la voluntad divina. El ángel del Señor ya les había comunicado el deseo de Dios, su plan, su proyecto de amor para con los hombre. Ya ellos, María y José, habían respondido abrazando el querer de Dios. Pero comenzaron, necesariamente, a seguir todo un itinerario espiritual. En la vida de los místicos no es nada eztraño encontrarnos con lo que podríamos llamar una "geografía espiritual". Es así que se nos presenta ante nuestros ojos realidades como el desierto, el monte, el abismo, la cueva, el río, el vergel. María y José viven su itinerario de geografía espiritual que los condujo de Nazaret hasta la cueva de Belén. Pero el camino no se detuvo en la gruta, despuès los esperaba el desierto de Egipto con sus peligros y dificultades. La cueva o gruta es símbolo de la interioridad. Interioridad vivida en el silencio de la noche santa. La cueva evoca de alguna manera el seno materno como ese tiempo en el que la vida es mas fragil y necesita ser rodeada y protegida. Allí en la cueva los dos contemplaron el misterio de Dios hecho Hombre. Del Todopoderoso necesitado del cuidado de las creaturas. Vivieron una contemplación que los mancomunó casi en una misma mirada de amor. Es la humanidad que en ellos representada queda extasiada ante el Verbo hecho carne. Dios-ternura. El adviento mira hacia la Navidad y ésta se entiende en relación a la Pascua. Jesús vivo para salvarnos. El pesebre no se comprende sin la cruz, ni la cruz sin el sepulcro vacío. El Salvador viene. Que la Virgen María y el casto San José nos regalen su mirada, nos enseñen el valor contemplativo de su silencio, para que la Palabra resuene fuerte sin más ruidos que el dulce sonido del amor de Dios por nosotros.