Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y S. Alfonso (Parroquia de Tapes)

C/ Tapes 966 esq. Jujuy y S. Juan. C.P. 11800. Barrio Bella Vista. Arquidiócesis de Montevideo - Uruguay. Tel. 20235025. Por consultas escribir al correo: comunidadtapes@gmail.com
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domingo, 29 de diciembre de 2013

Navidad 2013

Nuestro Papa Francisco nos dice en su última catequesis del año: ...La primera es que si en Navidad, Dios se revela no como alguien que está en lo alto y domina el universo, sino como el que se abaja, ¡Dios se abaja! Desciende a la tierra, pequeño y pobre, significa que para ser como El, no debemos ponernos por encima de los otros, sino mas bien abajarnos, ponernos al servicio, hacernos pequeños con los pequeños y pobres con los pobres. Pero es algo feo cuando se ve un cristiano que no quiere abajarse, que no quiere servir.
Un cristiano que se pavonea por todos lados, ¿es feo eso, no? ¡Ese no es un cristiano! ¡Ese es un pagano! ¡El cristiano sirve, se abaja! ¡Hagamos de tal modo que estos nuestros hermanos y hermanas nunca se sientan solos!...

viernes, 31 de diciembre de 2010

24 de diciembre


El 24 por la noche nos reunimos en comunidad en nuestro templo para recibir juntos a Jesús, Niño Dios que llegó para salvarnos.


En esta Celebración hicieron su Primera Comunión dos adultos y una niña. Lo hicieron desde el altar en compañía de sus catequistas.


Toda la comunidad acompañó este acontecimiento, rezó por ellos y se alegró con ellos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Noche buena, fin de año y reyes

El 24 de diciembre la Celebración será a las 20 hs. En dicha Misa una niña y dos adultos, luego de haberse preparado durante bastante tiempo, van a recibir su Primera Comunión. Los esperamos a todos para comenzar juntos a vivir la Navidad.
El 25 de diciembre la Celebración será a las 11 hs.
El 31 de diciembre la Misa será a las 20 hs.
El 1 de enero la Misa será a las 11 hs.
El 6 de enero la Celebración será a las 19 hs.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Con María y con José esperamos al Niño





Cuando decimos que adviento significa espera, todos entendemos que estamos hablando de una espera activa. Una espera que nos pone en movimiento desde lo mas profundo de nuestra existencia. El Esperado es quien dijo de sí mismo: "Yo soy... la Vida". Es así que nuestra vida se inquieta positivamente en la espera del que da sentido a nuestro vivir. Las Sagradas Escrituras tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento nos presentan una lista interesante de modelos de espera. Ejemplos que nos sacuden y estimulan a despertarnos de un cristianismo soñoliento. Ellos lo esperaron, lo anunciaron y se prepararon para recibirlo. Son tan variadas como riquísimas las actitudes que podemos contemplar en estos grandes modelos de esperanza, pero vamos a limitarnos a dos de ellos: Santa María y San José. En María y José contemplamos la ternura de la espera. Ternura que está relacionada al don de la paternidad confiada a ellos por parte de Dios Padre. La ternura de María y José se hizo contemplación del misterio en la noche de Navidad. Ambos estaban sensibilizados por la espera. Podemos imaginar los sentimientos que albergaban sus corazones en el camino hacia Belén. No habría en ellos otra preocupación ni interés que el hacerle espacio, buscarle un sitio. Ya ambos en la Anunciación dieron el sí de la aceptación a la voluntad divina. El ángel del Señor ya les había comunicado el deseo de Dios, su plan, su proyecto de amor para con los hombre. Ya ellos, María y José, habían respondido abrazando el querer de Dios. Pero comenzaron, necesariamente, a seguir todo un itinerario espiritual. En la vida de los místicos no es nada eztraño encontrarnos con lo que podríamos llamar una "geografía espiritual". Es así que se nos presenta ante nuestros ojos realidades como el desierto, el monte, el abismo, la cueva, el río, el vergel. María y José viven su itinerario de geografía espiritual que los condujo de Nazaret hasta la cueva de Belén. Pero el camino no se detuvo en la gruta, despuès los esperaba el desierto de Egipto con sus peligros y dificultades. La cueva o gruta es símbolo de la interioridad. Interioridad vivida en el silencio de la noche santa. La cueva evoca de alguna manera el seno materno como ese tiempo en el que la vida es mas fragil y necesita ser rodeada y protegida. Allí en la cueva los dos contemplaron el misterio de Dios hecho Hombre. Del Todopoderoso necesitado del cuidado de las creaturas. Vivieron una contemplación que los mancomunó casi en una misma mirada de amor. Es la humanidad que en ellos representada queda extasiada ante el Verbo hecho carne. Dios-ternura. El adviento mira hacia la Navidad y ésta se entiende en relación a la Pascua. Jesús vivo para salvarnos. El pesebre no se comprende sin la cruz, ni la cruz sin el sepulcro vacío. El Salvador viene. Que la Virgen María y el casto San José nos regalen su mirada, nos enseñen el valor contemplativo de su silencio, para que la Palabra resuene fuerte sin más ruidos que el dulce sonido del amor de Dios por nosotros.